sábado, 16 de abril de 2011

LA ERUPCIÓN QUE CREÓ UNA CALDERA EN LA ANTÁRTIDA


Me parece llamativo que la erupción de un volcán pueda producir una depresión de tal profundidad que quede cubierta por el mar, así como también me resulta sorprendente que una nueva erupción en el volcán de la isla Decepción (que ya originó la caldera sobre la que habla este artículo) pueda generar una nube de cenizas igual a la generada por el volcán islandés el año pasado y que obligó a cerrar el tráfico aéreo de buena parte de Europa.



-Científicos españoles han reconstruido la secuencia eruptiva que originó la caldera volcánica de la Isla Decepción, una de las más activas en la Antártida y actualmente ocupada por el mar, tras analizar sobre el terreno una serie de depósitos que ya forman parte del registro geológico de la zona.
Los trabajos han sido realizados por un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) a partir de material expulsado por la caldera, del que se tienen registros de más de 20 erupciones en los dos últimos siglos.
Hace decenas de miles de años, una gran erupción en la Isla Decepción del archipiélago antártico de las Shetlands del Sur, dio lugar a la formación de la enorme caldera volcánica actualmente conocida como Puerto Foster.
Decepción, cubierta por varios glaciares y cuya formación se remonta a hace menos de 750.000 años, se encuentra en el eje de expansión de una zona de apertura donde una placa tectónica se separa de otra.



 Formación de la caldera
Según los científicos, la formación de una caldera se debe al hundimiento de la cima de un volcán por pérdida brusca de presión dentro de la cámara magmática, en donde se acumula roca fundida a pocos kilómetros de profundidad.
La Isla de Decepción se originó por la expulsión de unos 30 km cúbicos de magma en forma de nubes ardientes o material piroclástico, tras una erupción muy rápida, con un volumen de magma expulsado muy superior al normal.
"El volumen de magma que expulsó el volcán se corresponde con un disco de unos ocho kilómetros de diámetro por un kilómetro de profundidad", explica el coordinador del trabajo, Joan Martí, investigador del CSIC en el Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera.
Esta caldera es similar a la del Krakatoa (Indonesia), que en 1887 generó un tsunami que causó unos 30.000 muertos y consecuencias climáticas que afectaron a todo el planeta.

Altas probabilidades de otra erupción
Para los investigadores, la probabilidad de nuevas erupciones en la isla antártica es alta. Si ocurrieran, se asemejarían a otras producidas a lo largo de su historia, la última en 1970.
"Sería una erupción relativamente pequeña, similar a la de Islandia del año pasado, pero podría, como aquélla, causar numerosos problemas", apunta Martí.
En caso de erupción, la fusión del hielo de sus varios glaciares podría generar corrientes de fango o el agua resultante podría mezclarse con el magma y ocasionar grandes nubes de cenizas, como ocurrió en la erupción de Islandia.


Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2011/04/15/ciencia/1302862186.html

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